Se acercan los momentos de grandeza, de aquella de la que ya pocos se acuerdan. De un sol que se humilla -derrotado- ante la luna nueva. De vientos turbios que recorren kilómetros enteros tan solo para estar presentes. De un cielo encapotado que se viste de oro y sangre para la celebración.

Son tiempos de elevación, de reconocer las indulgencias de nuestra exquisita mortalidad. De darnos cuenta que no existen ni los ángeles ni los querubines –mucho menos los diablos ni los demonios. No importa nada más que la inmensidad –complejidad- de nuestra propia existencia.

Son instantes de no guardar reposo, de no callarnos más por ningún motivo. De desbocarnos enteramente -y sin piedad- uno dentro del otro. De atrevernos a no pedir permiso, a no detenernos sino hasta que los mil orgasmos han sido conseguidos.

Esta es la tormenta que viene, mujer mía, una explosión de furia interna que nos llena de sudor los huesos. Se avecina el colapso de todos los miedos y remordimientos. El relámpago que representa la catástrofe de tus valores. Ha llegado, por fin, el embrujo de la Noche del jaguar.

La interrogante es simple, pero aniquilante. Olvídate de sueños celestiales y esperanzas vanas. Quizás son –lo espero- solo lujurias y desbordamientos lo que podemos ofrecerte. El jaguar nos llama…¿me acompañarás en esta vereda del exceso, en este deambular por ríos de pasión y sangre....o seguirás entumida, anquilosada, aturdida esperando a tu hombre ideal?

-Ivanovish
De la serie: “La Tormenta que viene…”

Foto: Novish
Modelo: ErikaKarina