Tu mejor amigo no es aquel que conoce

más cosas acerca de ti

sino con quien compartes

el mayor número de tus secretos…
Ivanovish

En ocasiones la decisión, eternamente egocéntrica, de mostrar aquello que queremos sea visto se ve acompañada, malévolo cómplice, por el afán de ver tan solo lo que se quiere ver. ¿Qué conocemos del autor de un blog sino solamente aquello que él mismo nos permite, se complace, y se delieta con dejarnos conocer? ¿Cómo pretender conocer a alguien tan solo por leer la pequeña ventana que nos otorga su escritura en línea? Por cada uno de aquellos que dicen poner toda su vida en línea (falacia enorme, amén de una imposibilidad práctica) habrá cientos que solamente muestran retazos de sus experiencias, las cuales, si bien pueden ser 100% sinceras (a veces ni eso) solo nos muestran aquellos aspectos que, como ya lo establecimos anteriormente, son los que se nos permiten ser conocidos por parte del autor. ¿Cómo pretender, pues, que se conoce a alguien por leerlo 5 minutos cada día -si un día completo tiene de 1440 minutos?

Nos engañamos al sentirnos amigos virtuales. La realidad no se comparte en fracciones. Para todos aquellos que dicen dejar su vida (su alma, aseguran ilusos) en un blog en busca quizás de compasión, entendimiento y amistad, yo les digo: Eah pues, despabílese! Salga usted y busque a un amigo(a) -preferentemente del sexo opuesto- que le recuerde que las verdaderas amistades son aquellas que se pueden ver, oler, conocer con una mirada directa y no con miles de fotografías. ¿De que sirven dos mil consejos por email si no se tiene la oportunidad de correr hasta su casa y poderle dar un abrazo?

Todo esto viene a colación por una foto que vi hace unas semanas en un blog, quizás el único ya, junto con el del Maesse Rencoria, que checo casi todos los días. Esa foto, y este post, es una muestra de porque continuo leyendo ese blog -y el del Maese Rencoroso- con veneración. Porque son blogs que siempre me provocan. Que me inspiran. La foto del blog en cuestión esta al final de este post. El comentario es que había pensado en comenzar este post con algo que diría mas o menos: Esta foto la vi en el blog de una persona que tengo el gusto de conocer… ¡Mentira más vil! Una sola plática con la susodicha me bastó para percatarme de que en verdad ni nos conocemos, y lo mas probable ni nos conoceremos jamás. Nos leemos, pero eso de ninguna manera nos puede proporcionar la autoridad de decir que nos conocemos, mucho menos decir que somos amigos simplemente porque tenemos nuestras direcciones de MSN y compartimos un par de palabras cada tercer día. No señores, y señoras, los verdaderos amigos no son virtuales. Mucho menos si creemos conocernos por lo que hemos leído de uno y otro en un blog.

Acerca de que vemos solo lo que queremos ver. Esta es una de esas fotos que provocan. El rostro fuera de foco, la expresión de sensualidad, la cachondez de los labios, la frialdad del vidrio, el pensamiento de beber esa cerveza… pero resulta que no es cerveza. Y yo que de preguntón un día que la vi en línea, no me aguante las ganas de preguntarle que si eso que sostiene en sus manos, tan pegadito a sus labios, como besándola con sensualidad era una cerveza bien fría…. Y nel, nelazo, resulta que es una Lava Lamp… bu! Eso me pasa por preguntón, pero, siempre vemos lo que queremos ver, yo por eso cuando veo la foto me sigo imaginado que es una cerveza fría…que contrasta con la expresión calida/cachonda de su rostro.

Y ya me retiro, aca esta la foto (fotononón señores!), juzgue por usted mismo…

Foto: Juliette Magenta