Se recarga sobre el mármol. La frialdad la quema de pronto. Se retira rápidamente. Y en unos instantes ya esta recargada de nuevo. Se retira una vez mas, se vuelve a juntar. No sabe cuando ha comenzado este pequeño juego de sentir la diferencia de temperaturas en su espalda. Esta de pie, en medio de la sala de espera. Con la espalda recargada hacia una columna que de pronto se ha convertido en su juguete erótico. Se vuelve a juntar y el frió le recorre la espalda enviándole un latigazo a la entrepierna. ¿Cuándo fue que comenzó a disfrutar de todos estos juegos? Se sonríe de pensar que sin duda todo esto es la influencia de él en su vida. Se recuerda esta mañana recorriendo las tiendas del centro de la ciudad en busca de una blusa que comprar. Todo el tiempo no podía mas que pensar en él. Que le gustara? Algo sexy? Algo lindo? Algo cachondo? En cuanto vio esta blusa negra supo que esa era la indicada....era una prenda de vestir que le dejaba prácticamente toda la espalda descubierta...elegante....sexy....que mostraba mucho y no mostraba nada. Y era esa misma prenda la que ahora le permitía jugar este movimiento erótico con la columna de mármol. Se arrepegaba para sentir la frialdad en toda su espalda, la disfrutaba enfriando cada poro de su piel, y luego se alejaba para sentir como el calor de su cuerpo retornaba lentamente. Se le mojó la entrepierna por la anticipación. Se sentía como una hoguera en fuego que le parecía tan difícil ocultar su excitación a las demás personas. Sabía que él la conocía perfectamente y estaba enterado de cuanto la excitaba la incertidumbre. La espera. La anticipación.
Por fin aparece. Ella sonríe, esa sonrisa pequeña que de pronto brota enorme. El se detiene a unos cinco metros de ella y simplemente la mira. Ella no sabe que hacer y solo lo mira de regreso. Ese momento tan especial donde las palabras sobran y los ojos dicen mil verdades. Ella quiere decir algo, pero lo único que le sale de los labios es un “hola” tenue. Se acerca lentamente. Le tiemblan las piernas al oler su aroma. Siente mariposas en el estomago al estar frente a él. Todas esas sensaciones que le provoca, todos esos sentimientos, ¿cuando fue que comenzó todo esto? ¿Cuando fue que se convirtió en el dueño de todos sus momentos espontáneos, de sus mas recónditas fantasías?. Las palabras están perdidas. Así que solo atina a darle la mano y pedirle con ella que la siga. Camina delante de él, sintiéndola calidez –cachondez- de su mano en los dedos. De pronto se vuelve para decirle algo y se encuentra con su mirada recorriendo su pelo como cascada cayendo sobre su espalda desnuda. Un escalofrió le recorre la piel nuevamente. Le encanta cuando la hace sentir tan sexy, tan deseada, tan suya. Camina lentamente, sintiéndose la mujer mas bella, conocedora de que él la mira con detenimiento. Disfruta tanto esos momentos en los que se sabe seductora, en los que sabe perfectamente que esta excitándolo. Hay tantas cosas que quisiera preguntarle, tantas dudas que le corren la mente, tantas historias por platicar, pero por ahora el silencio es amo y señor de la situación. De pronto siente su mano sobre la espalda. Casi se viene en dos segundos. Sus manos, esa sensación tan añorada. El la toca con sus dedos, como por enesimita...ella comienza a resoplar....voltea de pronto con la intención de besarlo ya de una vez....pero sus ojos la detienen...esos ojos...esa mirada que no puede resistir...esa mirada que la obliga a detenerse y a disfrutar tan solo del momento, de su mirada...de ver como el se muerde los labios y sonríe....esa sonrisa tan malvada...esos labios tan besables... ¿que no se supone que una de las cosas que mas ama el de ella es su espontaneidad? ¿Que no debería de tomar la iniciativa y besarlo ardientemente? Se sabe presa de la seducción y quisiera actuar en consecuencia.... el la atrae hacia si y los cuerpos se unen mientras se miran a los ojos, quisiera besarlo ya, decirle que lo desea, pero al abrir la boca solo un gemido se le escapa, se le doblan las piernas y se le contrae la entrepierna en su primer orgasmo. Jura que todo mundo puede escuchar en ese momento su respiración agitada, entrecortada. Su interior está recuperándose del orgasmo reciente, cuando por fin siente sus labios sobre los suyos... ¿o es acaso su lengua? Se le confunden las sensaciones cuando siente una mano tirándole del cabello hacia atrás y la otra apretándola de la cintura. Las manos no le reaccionan, pero sus labios despiertan para besarlo y su boca para tomar esa lengua que la acaricia. Se deja llevar, se siente tan suya, tan complementada. La tormenta es enorme, la presa completamente desbordada la moja por completo. Abre los ojos cuando se da cuenta que las sensaciones la van dejando poco a poco. Se queda solo con el calor que le recorre todo el cuerpo, abre los ojos y lo ve. Esa sonrisa malvada...esa sonrisa de niño cabron...esos ojos...esa mirada....por fin salen palabras de su boca para decirle algo....”Maldito Ivanovish, porque te habías tardado tanto?
1 comment:
Cuanto tiempo ...
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