Y yo
que no puedo aunque quiera
desprenderme de tus besos

-de esos que nunca te he dado-

Y yo
que me cuesta tanto controlarme

cada vez que veo tu cuerpo frente al mío

-el infierno que me llama a no ser tuyo-

Y yo
que como diablo guardián
te repito que te olvides
-de una vez por todas-
de tus rezos y tus miedos
que me muestres
lo que aprendiste cuando
-callada y sola-
te explorabas por debajo de la sabana

Y yo
que no puedo ya callarme
los deseos de tomarte
las ganas de desnudarte,
la perversión de hacerte mía de rodillas
sobre la alfombra de la oficina.

Y yo
que tanto te miro y admiro
y que quisiera imaginarme
la sensación de tus labios en los míos,
el escalofrío de sentir

como mi cuerpo desnudo
presiona al tuyo contra la pared.

Y yo
que ya no quiero escucharte
escucho tus gemidos
aún con los ojos abiertos,
escucho tus historias

tus secretos
comparto tus pecados
aunque en el fondo

te de miedo pecar conmigo.

Y yo
que ya no puedo

Y tu
que sin saberlo siquiera
me provocas cada vez mas.

Ivanovish