Thursday, December 30, 2004

En verdad os digo que en el momento final de la vida, cuando la muerte pose su pálida mano sobre tu marchita frente, la existencia se te revelará en su total realidad: soledad absoluta.

-Siempre estamos solos- Al final de cuentas siempre estamos solos. ¿Quién te acompaña en todo momento - omnipresente, atemporal- sino tu propia conciencia?

¿Qué somos si no solitarios buscando aceptación en la vida comunitaria? Hoy brindo, con tragos de amargo licor, por todos aquellos que de alguna u otra forma han tratado de resistirse al uniformamiento de la unión colectiva. Por todos aquellos que alguna vez han, hemos, sido llamados diferentes, alternativos, extraños. Por todos aquellos que alguna vez se atrevieron a dejarse crecer el pelo, pintarse la piel, vestirse extravagante, o perforarse el cuerpo. Lo que fuera necesario con tal expresar por un momento una afirmacion publica: vivo en una sociedad que no me satisface y que sin embargo, lastimosamente, necesito. Si fueramos valientes nos quitariamos la vida, pero somos cobardes y nos quedamos a vivirla protestantdo. ¿O es acaso el suicidio una cobardía y la verdadera valentía seguir viviendo?

-Novish-


1 comment:

José Ricardo Fernández said...

Brindo yo también, o al menos alzo mi copa llena del extraño licor de la incertidumbre, por todos aquéllos que viven de la esperanza, que no se conforman con la muerte, que le niegan la presencia al precipicio. Brindemos por la vida, por la existencia, por ese terremoto de ideas que nos da el pensar, siplemente el pensar...